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I Edición

I Edición

1996

Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto Mejor Película

El Premio José María Forqué: un extraordinario acontecimiento del cine español

El acto de entrega del 1er. Premio José María Forqué, instituido por EGEDA, en homenaje a quien fue famoso productor y director cinematográfico, entrañable amigo de cuantos integran la gran familia de nuestra industria y uno de los principales impulsores de EGEDA, obtuvo una convocatoria extraordinaria que desbordó largamente el aforo de la gran sala del Ateneo de Madrid en la que se celebró.

El objetivo del premio, tal como lo expresó en el momento de su creación la entonces presidenta de EGEDA, Helena Matas, fue el de “impulsar la producción española y recordar la calidad humana del amigo, bastión de la industria cinematográfica y ejemplo a seguir por todos los profesionales del medio". Con él se galardona a la mejor película española del año, a través del voto directo de los socios de la entidad. La reunión fue presidida por la que fuera ministra de Cultura, Carmen Alborch; la actriz Verónica Forqué; los productores Helena Matas y Antonio Cuevas y el Presidente del Ateneo, Paulino García Partida.

Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto

En su estreno el premio correspondió a la película Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, dirigida por Agustín Díaz Yanes y producida por Flamenco Films y XALOC. Verónica Forqué entregó al productor Eduardo Gil el cheque correspondiente y su hermano Álvaro una claqueta conmemorativa del galardón. "A lo largo de cien años, siempre que el cine ha tenido algo que decir, el Ateneo ha sido su casa", manifestó el presidente del Ateneo de Madrid al hacer entrega de una placa conmemorativa a Carmen Vázquez Vigo, viuda de José María Forqué, quien lo agradeció "a todos los que han hecho posible que el nombre de José María esté unido a algo tan bonito y generoso como es un premio. El galardón servirá también para que las generaciones venideras tengan referencias y conozcan a un hombre que sobre todo amó su trabajo".

Juan Luis Galiardo, maestro de ceremonias de esta primera gala, leyó una misiva de Jaime de Armiñán y un telegrama de José Luis López Vázquez, como muestras de las muchas comunicaciones de admiración y cariño recibidas en el acto, y presentó al periodista Pascual Cebollada y al escritor Florentino Soria, autores ambos de sendos libros biográficos sobre José María Forqué, quienes se refirieron brevemente a la personalidad del desaparecido director y amigo. Cebollada recordó una frase que frecuentemente repetía Forqué: "El arte dramático es una ciencia exacta de la que nadie conoce sus reglas". Por su parte, Soria definió a Forqué como un "creador artesano, maestro de la comedia, ese territorio tan resbaladizo donde es tan fácil romperse la crisma, pero él estaba dotado de pulso narrativo, una gran pulcritud y un excelente dominio técnico".

Carmen Alborch cerró el acto recordando lo mucho que se emocionó "cuando concedimos a José María Forqué el Premio Nacional de Cine y por lo tanto no quiero hacerlo ahora que me marcho para no irme con la fama de llorona" y afirmó que "Forqué fue no sólo una persona entrañable sino un hombre conciliador que supo transmitirnos serenidad".